11 de diciembre de 1776 Mientras Thomas Paine avanzaba penosamente por el barro helado de Nueva Jersey junto al ejército desgarrado y menguante de Washington, la mayoría de los hombres contaban los días hasta que terminaran sus alistamientos para poder finalmente regresar a casa. La causa parecía perdida: derrotas acumuladas tras derrotas, deserciones cada noche y el invierno acercándose. En una tienda tenue a la luz de las velas, con el Ejército Continental al borde del colapso, Paine tomó su pluma y comenzó las primeras líneas de *La crisis americana*: "Estos son tiempos que ponen a prueba el alma de los hombres. El soldado de verano y el patriota del sol, en esta crisis, se retirarán del servicio a su país; Pero quien ahora la defiende, merece el amor y el agradecimiento de hombres y mujeres. La tiranía, como el infierno, no se conquista fácilmente; Sin embargo, tenemos con nosotros este consuelo: que cuanto más duro es el conflicto, más glorioso es el triunfo." Esas palabras, impresas días después, fueron leídas en voz alta a las tropas y encendieron un fuego en sus vientres. La noche de Navidad, Washington los guiaría a través del helado Delaware para la sorpresa victoria en Trenton, un punto de inflexión que mantuvo viva la Revolución. Lo que Paine escribió en la hora más oscura de 1776 aún arde tres siglos después: solo quienes permanecen en pie cuando todo parece perdido merecen el agradecimiento de la posteridad.