una vez al mes me permito entrar en una personalidad alternativa a la que me refiero como "el mono", en la que me entrego a todos mis deseos de cerebro de simio sin juicio personal ni miedo a las consecuencias. A menudo, esto termina con que voy a McDonald's y como 20 nuggets y 2 Big Macs en mi coche en el aparcamiento, pero en ocasiones particularmente autistas tiendo a improvisar. esta noche fue una de mis "noches de mono" y mi necesidad biológica de Subway era irresistible. Conduje 45 minutos fuera de la ciudad, ya que sabía que mi comportamiento sería inaceptable. fue aquí donde hice mi movimiento. El artista del sándwich nunca había pasado por un módulo de capacitación para prepararlo para este terror. Al entrar en el establecimiento, inicialmente confirmé que era el único cliente. Luego me acerqué al mostrador, con los ojos vidriosos. no hablé. No hice ninguna expresión facial. Simplemente señalé cada artículo que deseaba. El artista del sándwich no entendía. señalo el pan. Él se acerca. "¿Este, señor?" hago un ligero movimiento de muñeca hacia la izquierda. He indicado claramente un footlong italiano. Mantengo mi pose, continuando señalando el pan hasta que lo identifica correctamente. él lleva el pan a los condimentos. Vuelvo a señalar. Él duda. Su brazo se lanza hacia adelante, luego tan rápido regresa, protegido contra su pecho. está a la defensiva. No he parpadeado ni he hablado una sola palabra. "¿Qué carne le gustaría esta noche?" su entrenamiento ha anulado su instinto de lucha o huida. Señalo la carne. Su mano se detiene sobre ella. Él mete la mano y agarra su primer puñado. Continúo señalando. Él coloca el puñado sobre el pan. Continúo señalando. Su brazo regresa a la carne en su recipiente de lata. "¿Quieres doble?" Puedo escuchar el miedo en su voz. Señalo la carne. Él agarra la carne y la coloca nuevamente sobre el sándwich. señalo al lado del queso. Él se mueve hacia el queso. No pregunta qué queso. Ahora me pertenece. Su mano se mueve sobre el suizo. Bien hecho. señalo al lado de las cebollas. Él me mira por un momento. Una pausa embarazosa. Parece querer hablar. Pero no lo hace. Él es el mono ahora conmigo. Él agarra las cebollas. bajo mi mano. Él espera inmóvil. Levanto mi otro brazo y señalo al horno. No traiciono nada con mi mirada. Mi postura es fuerte. Mi deltoides está flexionado sin esfuerzo para extender mi brazo, meramente un recipiente para comunicar lo que mi cerebro desea. él me entiende explícitamente. Se mueve hacia el horno. Yo me muevo dos pasos a la derecha, hacia la línea de ensamblaje. No hay nadie más en esta tienda. Él es consciente del peligro que enfrenta. ...