Esperar a los demás es una forma sutil de violencia porque requiere que otros obedezcan nuestra voluntad. Lo que te hace miserable nunca es la cosa en sí, sino la obsesión con este asunto. A medida que tu cognición continúa mejorando y experimentas más y más, descubrirás que estás más tranquilo y considerado cuando te llevas bien con los demás. No hay un bien o un mal absolutos en muchas cosas en el mundo, solo por las diferentes posiciones. Todos han recorrido un camino diferente: crecer en un entorno diferente, recibir información diferente, experimentar diferentes alegrías y tristezas. Debido a esto, cada uno de nosotros avanza con expectativas y aspiraciones únicas para el mundo. Si podemos reemplazar "expectativa" con "pensamiento temático" - La forma en que trato a los demás es mi elección y mi tema; La forma en que los demás me responden es su decisión y su tema. Solo aprendiendo a distinguir los límites entre los dos podemos salir del aprieto de "no obtener lo que queremos" y convertirnos realmente en nosotros mismos.