Ahora estamos demasiado inquietos, cada vez nos preocupamos por más cosas, pero obtenemos muy poco. Al final, no somos lo suficientemente precisos; el mejor trabajo es afilar primero nuestro propio cuchillo. Preocúpate más por tu propio crecimiento, perfecciona tu sistema y descubre en qué eres bueno. Cada día enfrentamos un sinfín de ruidos y tentaciones, pero lo que realmente nos conviene puede ser solo un puñado.