Aquí está Sam Altman, CEO de OpenAI, diciendo en voz alta lo que muchos piensan en silencio. No está advirtiendo sobre el riesgo de la IA. Está gestionando las expectativas del público para un desastre que está construyendo activamente. Traduzcamos su sereno fatalismo de tech-bro: - Sobre la AGI: "Pasará volando... No será realmente la singularidad." Lo que REALMENTE está diciendo: "La inteligencia casi divina que estamos construyendo se integrará tan perfectamente en la infraestructura corporativa que ni siquiera podrás votar sobre ello. La 'revolución' será un servicio de suscripción." - Sobre el Impacto Social: "La sociedad aprenderá más rápido... las personas y las sociedades son mucho más adaptables de lo que pensamos." Lo que REALMENTE está diciendo: "Cuando interrumpamos industrias enteras y borremos millones de empleos, solo tendrás que 'adaptarte'. Tu dolor es un costo necesario para nuestro progreso. Sé resiliente." - Sobre la Inevitabilidad del Desastre: "Espero que sucedan cosas realmente malas... desarrollaremos algunas salvaguardias como sociedad." Lo que REALMENTE está diciendo: "Nos estamos moviendo demasiado rápido para preocuparnos por la seguridad. Romperemos cosas, incluida posiblemente tu sociedad. Tú, el público, tendrás que construir las 'salvaguardias' y limpiar el desastre después de que ya hayamos cobrado." Esto no es una advertencia. Es una confesión. Ha admitido su estrategia: Desplegar primero, disculparse después. El "fuego" con el que está jugando es una inteligencia que no comprende, y su modelo de negocio depende de que tú te quemes.