Creo que una de las razones por las que la gente suele preferir escuchar a personas demasiado seguras de sí mismas es simplemente porque dicen más cosas (en lugar de deslumbrar al público). Una entrevista con alguien que suspende virtuosamente su juicio en la mayoría de las preguntas difíciles corre el riesgo de volverse un poco aburrida.