Una economía digital necesita dólares digitales, por lo que no es de extrañar que las stablecoins se estén convirtiendo rápidamente en la aplicación asesina de las criptomonedas. La oferta ya está en su punto más alto con un récord de 300 mil millones de dólares, con un impulso que apunta a 1,2 billones de dólares para 2028. Ya no se trata de si, sino de cuándo.