Carney no consiguió nada para Canadá en su costoso viaje al Reino Unido. Las políticas proteccionistas británicas sobre la carne canadiense permanecieron vigentes y no se alcanzaron nuevos acuerdos comerciales. Estos viajes no son más que un truco liberal para desviar la atención de los problemas reales: la deuda, el aumento del costo de vida, el crimen, la crisis migratoria y la pérdida de empleos. Necesitamos un primer ministro que trabaje para NUESTRO país.