Hablé con algunos amigos de derecha hoy y me di cuenta de uno de los mayores problemas: solo están viendo a los locos que dicen cosas repugnantes sobre la muerte de Charlie Kirk. Y eso es comprensible que impulse la ira. Otros han dicho cosas agradables, pero eso no es noticia. No tenemos que estar de acuerdo con lo que dijo Charlie. No tenemos que cambiar de opinión sobre nada. Pero en una situación como esta, donde un joven con una familia muere trágicamente, la decencia básica requiere que nuestro lado diga, y diga, que lamentamos mucho su pérdida.