Winona Ryder es la razón por la que Drácula (1992) de Bram Stoker sucedió. Le trajo a Coppola un guión destinado a la televisión, arregló las cosas después de las consecuencias de El Padrino III y lo convenció de que tenía que ser una película.
Maurice (1987) es una de las películas más dormidas de Merchant Ivory. James Wilby y Hugh Grant aportan esta honestidad silenciosa y dolorosa que hace que todo se sienta años adelantado a su tiempo. Un clásico bellamente elaborado del que la gente no habla lo suficiente.
Valley Girl (1983) es puro encanto de los 80 bien hecho. Nicolas Cage entra con esa energía poco convencional que solo él puede lograr, y toda la película termina sintiéndose mucho más inteligente y dulce de lo que sugiere su etiqueta de película para adolescentes. Una joya de culto legítima.