Mi padre me acaba de enviar un mensaje diciendo que hoy compró su primera criptomoneda. Le pregunté por su frase de recuperación y me la envió. Tomé sus 150 dólares en Solana y los deposité en mi billetera. Nunca le digas tu frase de recuperación a nadie, ni siquiera a tu hijo. Lección 1, bienvenido a la trinchera, amigo.