El asesor del WEF, Yuval Harari, acaba de explicar el plan globalista. Escucha con atención. Él dice que la colaboración requiere una "historia" — y que "no necesita ser verdad." Él dice que la ciencia "no se trata de la verdad, se trata de poder." Él dice que aquellos que "poseen los datos, poseen el futuro." Esto no es una teoría de conspiración. Es su plan declarado. Harari describe escalofriantemente un mundo donde eres "hackeado" por una élite que te conoce mejor de lo que tú te conoces a ti mismo. Se jacta de que su país natal, Israel, es un "gran laboratorio de vigilancia" en los Territorios Ocupados, utilizando datos para controlar a millones con "muy pocos soldados." Ahora, pregúntate: ¿Por qué un hombre que celebra el control de la población a través de la vigilancia masiva es un intelectual destacado en el Foro Económico Mundial? El WEF no quiere servir a la humanidad. Quiere gestionarla. Para ellos, no eres un individuo soberano. Eres un punto de datos a ser monitoreado, una historia que contar y una población a controlar. Están construyendo el sistema. Están escribiendo la historia. Tu futuro es su proyecto. Es hora de optar por salir.