Pocas cosas son más radicalizadoras que ver a James Comey explicarle a la exfuncionaria de Bush/Cheney convertida en estrella de los medios liberales Nicolle Wallace (mientras se ríe como una niña) cómo el FBI utilizó el desmascaramiento ilegal y la buena fe de Michael Flynn para, esencialmente, atraparlo en "mentir" a agentes federales.