La reacción en el Capitolio ante las repercusiones de la controversia de Jimmy Kimmel sigue muy marcada por las líneas partidistas. Los republicanos como Johnson, Scalise, Cassidy y Tuberville no plantean ningún problema al respecto. Los demócratas expresan preocupaciones sobre la libertad de expresión. Algunos, como Susan Collins, se niegan a comentar, diciendo que no han estado siguiendo el tema.