El Bitcoin era originalmente un movimiento de resistencia política y filosófica. Los cypherpunks creen en una filosofía: "La tecnología es la última línea de defensa de la libertad." Creen que las leyes pueden ser manipuladas y el poder puede ser abusado. Solo las matemáticas y los algoritmos de cifrado son la verdadera "constitución" inalterable. Así nació el Bitcoin. No es solo una moneda, sino un reinicio de un contrato social. Lamentablemente, quince años después, este movimiento ha fracasado. 1. La anonimidad del Bitcoin es una pseudo-anonimidad. La blockchain de Bitcoin es completamente transparente. Cada transacción—remitente, destinatario, cantidad, tiempo— se registra de forma permanente y es de acceso público. Cuando una dirección se vincula a una identidad real (a través de KYC, CEX o análisis en cadena), la privacidad deja de existir. "Anonimato" se convierte en ilusión, "libertad" se convierte en registro. 2. La descentralización es un idealismo. La tecnología blockchain es efectivamente descentralizada, pero las personas no pueden ser descentralizadas. El poder, aún menos puede ser descentralizado....